Desde hace algún tiempo he decidido parar de escribir sobre el tema “Empresa” y sus derivados. Si os soy sincero, estoy muy cansado de hablar y leer día tras otro sobre lo mismo en esta red. Me parece que se innova muy poco.
Los profesionales tenemos muchos más temas de los que hablar, reflexionar y aprender; tópicos que nos pueden ayudar no sólo a recapacitar, sino también a madurar sobre nuestra manera de ver las cosas, con el objetivo de especializar aún más nuestra forma de actuar llegado el momento.
Es verdad que hoy día vivimos en un mundo lleno de oportunidades. Por ejemplo, si queremos elegir cualquier carrera, una pareja o decidirnos por una fuente de noticias y hacerla nuestra preferida, tenemos una multitud de opciones esperándonos con tan sólo mirar la pantalla de nuestros móviles.
Ahora bien, vosotros, muchas veces después de haber sostenido alguna conversación amena y profunda con alguien, no os habéis preguntado:
¿Por qué no llegamos a atribuirle a la vida en sí, el significado de “pura felicidad”? …sí, y sólo por el simple hecho de estar vivos!
¿Por qué y de qué manera, nos hemos llegado a convertir en seres tan estresados e insatisfechos?
¿Es que realmente deberíamos para ello poseer todo lo que queremos?
*Hoy más que nunca, tratamos constantemente de poseer y resolverlo todo al mismo tiempo.
Tenemos tanta información y tantas opciones para resolver y hacer las cosas, que acabamos “desfocalizando” nuestros respectivos nortes, al perder la concentración en un sólo punto, en una sola línea, en la sencillez de las cosas y sus simples resoluciones.
Y entonces, ¿qué podríamos hacer al respecto?
Yo creo que antes que nada es estar seguros sobre lo qué es verdaderamente importante para nosotros, para con nuestra esencia; para posteriormente actuar de la manera más uniforme y clara… pero, ¿ Y qué hay de todo lo demás?…. Pues al carajo todo lo demás!
“Al limitar, para así bien focalizar, conseguiremos llegar a ser mejores y más felices personas.»
Y, cuál es tu propósito?
Partamos del hecho de que todos tenemos propósitos muy esenciales y simples en nuestras respectivas vidas; por ejemplo, cómo llegar a ser el mejor amigo del alguien, convertirte en el más destacado líder de tu empresa, o llegar simplemente lograr ser más generoso de lo que ahora realmente eres, etc.
Desgraciadamente muchos de estos propósitos terminan en algún rincón, olvidados y obsoletos a causa de nuestra tendencia de desear construirnos las mejores carreras o desear ganar mucho dinero.
Mi opinión es que si uno lo que quiere es vivir una vida feliz, lo importante es descubrir su propósito en esta vida. Haciendo esto, focalizaremos nuestra energía para determinar lo que realmente es importante para nosotros y nuestros planes de vida, para consecuentemente desechar o dejar para otro momento lo demás. Es difícil! Se puede tener una edad lo suficientemente madura y aún así no saber hacia dónde tirar.
Y tú, te has preguntado alguna vez, ¿Por qué haces las cosas, en general? ¿Qué es lo que te impulsa a hacerlas?
¿Valores?
Cuando por fin llegamos a cuestionarnos este tipo cosas, es cuando verdaderamente nos acercamos a descubrir el verdadero propósito de nuestros “porqués” en el hacer de las cosas. Por lo que si en consecuencia se está actuando y sufriendo con el objetivo de avanzar hacia una superación en cualquier ámbito, es también necesario mantener los valores y actitudes correctas. Se dice que uno podría imaginarse los valores como si fuesen métricas, a través de las cuales se podrían medir tanto el significado como las consecuencias y resultados de nuestras acciones.
Los valores son partes cruciales de esta cuestión, pues éstos nos permitirán saber en su momento si debemos tomar parte en alguna acción en particular, o por el contrario , “sufrir” para mejorar alguna habilidad en particular. Con el propósito de ser más asertivos y procurarnos resultados más positivos como consecuencia de nuestras acciones, deberíamos conocer qué tipos de valores son los correctos.
Esencialmente, malos valores han sido siempre aquellos sobre los que uno tiene muy poco control.
Si tomamos el ejemplo de la fama, la cual es totalmente dependiente de lo que los demás piensen o se imaginen; si nos focalizáramos demasiado en la dependencia de valores tan poco trascendentales como éstos, acabaríamos algún día dándonos cuenta de lo poco que realmente hemos avanzado en el proceso autoconocimiento, aceptación y madurez de nuestro verdadero y por naturaleza, libre, yo interno.
En su lugar, deberíamos encontrar los valores que realmente nos ayudarán a alcanzar nuestros propósitos y sobre los cuales sí tenemos control. Por ejemplo, hacer el bien y dar a otros son grandes valores, ya que son cosas en las que uno tiene el poder de influir, lo cual nos ayudará a tener una vida más feliz. No somos malos o egoístas por naturaleza, recuerda esto último.
- La elección de valores correctos nos pueden ayudar a superar fallos mientras a su vez aprendemos lecciones valiosas.
Vida personal
De la manera en que muchas veces la vida se nos viene encima, no está siempre en dependencia de si hemos actuado de alguna u otra forma; pero de lo que sí debemos estar consientes es de que una vez los problemas aparecen, uno debe tomar responsabilidad sobre ellos y lidiar con estos de la mejor manera posible.
Es verdad que hay algunas cosas que se nos escapan de las manos, y por consiguiente no podemos ejercer control alguno sobre ello. No obstante, lo que sí está al alcance de tu poder, es poder lidiar de manera muy personal con eventos de esta índole que vayan apareciendo. Por ejemplo, si tu pareja te ha dejado, tú podrías sentirte el ser más desdichado y digno de lástima , o por el contrario, podrías utilizar esta experiencia para mejorar tu vida y muchos de los aspectos y características personales que la conforman.
El camino que decidas tomar tanto para una cosa u la otra, depende enteramente de tus propósitos y tus valores. Si decides actuar bajo la premisa de “utilizar el valor de hacer algo”, te verás siempre automáticamente forzado “a actuar”, incluso sintiéndote el ser más desdichado en algún momento.
Tu valor para actuar te impedirá acongojarte en la autocompasión, y en su lugar te obligará a salir adelante y empezar una vez más, desde un principio ya adelantado,una experiencia ya vivida.
Recuerda :
* El fracaso es un sentimiento, un concepto muy subjetivo. No hay nada por lo que temer a esta sensación; si te pones a mirar desde una perspectiva menos emocional, el fracaso no es más que una herramienta muy útil para la auto-mejora.
¿Acaso no recuerdas que cada vez que has fallado, automáticamente te has convertido en algo mejor, y has dado un paso agigantado dentro del aprendizaje del poder hacer las cosas de una manera mejor en un futuro?
* !Todos hemos pasado por ello! Todos vivimos dentro de este mismo holograma o percepción de la realidad, por lo que jugamos bajo los mismos patrones psicológicos.
Alguien dijo que ser correcto es una ilusión; yo personalmente creo que el verdadero truco está en seguir creciendo mentalmente y aprendiendo de tus errores. Lo de ser correcto o no, está en dependencia de cuán profundo haya calado el grado de moralidad en tu persona.
Desde una edad temprana a los niños se les ha enseñado la diferencia entre el bien y el mal. Muchas veces de manera asertiva y otras de manera muy errónea. Se me viene a la mente algo que imagino ya conoces: La historia la han escrito y reescrito los vencedores.
Por lo tanto, me puedo imaginar la cantidad de veces que se ha podido reescribir el sentido moral y su significado a través de cada una de las conveniencias que se hayan podido dar.
El problema está en que la mayoría de la gente nunca se detiene a considerar o cuestionar sus creencias; simplemente aceptan como hechos y realidades lo que se les cuenta y así siguen adelante. Ojo!, que esto al final sí que es más cómodo, después de todo, es mucho más fácil ser así sin poder “ver” realmente.
Concluyendo
El mundo moderno ofrece a la gente casi todo lo que puede soñar. Cada elección que haga, ya sea elegir una carrera o decidir lo que se debe leer, abre una lista interminable de opciones. Si bien esta variedad puede parecer atractiva, en realidad yo sí creo que puede llegar a ser bastante sofocante. La verdadera libertad consiste en reducir las cosas y comprometerse con lo que realmente quieres.
Si queremos disfrutar de la vida en este presente, es importante reconocer que uno no estará vivo para siempre. Yo sí creo que esencialmente, la recopilación de proyectos y acciones que podamos preservar en nuestra memoria a lo largo de nuestra vida y hasta el momento de nuestra partida, para posteriormente “donarlo” a los demás, llegará a ser el más preciado y verdadero legado , por y para el que uno ha estado madurando y especializando su manera de ser.
Busca las mejores opciones, relativiza y regocija a tu espíritu. ¡ Eres pura energía!
¡Que tengas un magnifico día!